Tomamos un vuelo Bogotá-Quito de Avianca, operado por AeroGal: un avión viejo, con sillas estrechas, sin películas ni centro de entretenimiento, sin salida de aire en las sillas y las personas toman más de lo habitual en ubicarse en sus sillas, por lo que el vuelo se retrasa 20 minutos en salir. Punto a favor: la comida es muy superior a la de Avianca.
En el aeropuerto compré, para dormir en la playa, los libros de Íngrid y del Mono Jojoy. Abro el segundo y leo sin prestar atención, así que tomo la revista de AeroGal. Dato que llamó mi atención: los ecuatorianos usan más Hi5 que Wikipedia y Twitter. Después de un poco más de una hora, estamos en Quito. Migración fue un proceso rápido (algo en lo que necesita mejorar el D.A.S. con urgencia). El aeropuerto es curioso, porque muchas cosas quedan es por fuera (como esos locales adicionales en los supermercados).
Primero fuimos a Tame a pagar el tiquete a Esmeraldas, porque ni por Internet ni por teléfono fue posible, sólo la reserva telefónica para pagarlo en las oficinas en las siguientes 48 horas. Y después a Budget a recoger el carro, con una atención excelente. Aquí hubo un par de lecciones: la primera, los carros económicos no son como en US sino que realmente lo son (resultó un Spark) y; segunda, hacer la reserva en línea permite que el proceso sea más rápido (porque no hay que diligenciar formularios al momento de retirarlo) y definitivamente las mejores tarifas se obtienen en línea (yo utilizo Kayak para chequear las opciones).
Entregado el carrito, les presento a la conductora: ¡Yo! Una tradición curiosa que nos cruzamos: los hombres se disfrazan de mujer y piden limosna a los carros; lo llaman las “viudas del año viejo”, porque están llorando el año que se va y el dinero que recogen es para fabricar el año viejo.
Dejamos las maletas en la habitación y pasamos a la cena, tan rendidos que comimos y decidimos llevarnos la champaña a la habitación, que ni probamos porque caímos rendidos. A las doce de la noche me despertó el ruido: ya habían quemado los años viejos del lago y estaban en el show de pólvora… y ¡a seguir durmiendo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario